Productora: Viacom Canada
Seis personas, desconocidas entre sí, despiertan un día y se encuentran atrapadas en una prisión extraña y surrealista, en un laberinto con un sin fin de habitaciones cúbicas dotadas de trampas mortales. Entre ellos hay un policía, un ladrón profesional, un prodigioso estudiante de matemáticas y un joven autista. Esta mezcla caprichosa de personalidades no está exenta de perversión. Ninguno de ellos sabe porqué o cómo ha llegado hasta allí, porqué está preso, pero enseguida surgirá la obsesión en este grupo por huir, por planificar una salida de tan horrible cárcel. Mientras tanto, varias preguntas sin respuestas: ¿quién ha podido crear este diabólico laberinto y por qué? ¿quién les ha encerrado en él y con qué objetivo?.
Estupidez humana ilimitada
La verdad es que mientras veía Cube, me daba la sensación de estar viendo Saw: un grupo de personas encerradas un lugar extraño, sin motivo aparente y siguiendo una especie de juego macabro. Pero compararlas es estúpido, ya que ambas cooren por caminos distintos, y sin duda Saw le debe bastante a Cube. A pesar que la película comienza mostrando detalles algo escabrosos, es casi los úncios que verás, porque a pesar de lo que parezca, no van por ahí los tiros. Ésa ambientación tan... característica, y atípica, como puede ser un conjunto de salas cúbicas comunicadas entre sí pero a la vez independientes y los personajes, que se van alterando a lo largo del film, hacen que Cube sea como original tanto en el planteamiento como en el desarrollo, ya que aqui no van por la carne fácil, ni obtendrás respuestas evidentes o predecibles a los enigmas que se plantean. Eso sí, la película peca de ser un tanto amateur: ya sea por los giros y planos de la cámara, como la falta de presupuesto, que se nota en ciertos aspectos del film que quizá no han podido hacerla tal y como querían. Pero estos defectos no arruinan el film, ya que ya de por sí es buena como pocas. Lo que da de sí un simple cubo.
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